jueves, 2 de diciembre de 2010


Fijar unas pautas o condicionantes los primeros días del curso me llevo a tener un buen concepto, pero apoyado en unos condicionantes equivocados.

A las alturas del curso en la que nos encontramos dar un paso atrás puede significar o perderse o encontrar la clave que nos haga dar el salto necesario para llevar a buen puerto el proyecto.

Al tratarse de una construcción flotante el estudio de la mecánica y dinámica del agua, en el entorno de los arribes del Duero e ignorado en los primeros tanteos, nos ayudara a dar con la clave para desarrollar el proyecto de una manera mas adecuada con el entorno.

El primer dato a tener en cuenta es el coeficiente de resistencia aerodinámico, el cual nos indica como actúa el agua al encontrarse con un elemento ajeno. La construcción propuesta hasta el momento no tiene en cuenta este dato y de ahí que no sea aerodinámica ni adecuada para encontrarse dentro del agua.

La dirección en la que circula el agua no es siempre la misma, ya que en su recorrido se encuentra con obstáculos creando así turbulencias de mayor o menor tamaño.

La velocidad con la que transcurre el agua a lo largo de su recorrido no supera los

5 km/h, llegando a 0 km/h en el interior de algunas turbulencias. En la velocidad también influye la proximidad a la orilla y la profundidad.

Estos datos nos indican que la zona próxima a la orilla es la mejor situación que podemos encontrar dentro del río.

La nueva propuesta es consecuente con la dirección y circulación del agua colocando quillas en la parte inferior de la construcción para apoyar esas direcciones.

Aprovechando el agua con menor velocidad, creamos tres zonas inundadas:

La primera como muelle o embarque, la segunda como piscina natural para el hotel y la tercera como superficie de piscifactoría.

En las divisiones de estas tres partes anegadas por el agua aparece en una el hotel y la residencia de los científicos y en la otra el centro de investigación.

Aprovechando el espacio vacío que encontramos en el interior del “casco” se sitúan todas las instalaciones y zonas de investigación bajo control de luz y temperatura.

jueves, 30 de septiembre de 2010

La problemática de los embalses


El perfil longitudinal del Duero es abrupto entre la cabecera en los Picos de Urbión y Soria. Allí comienza el tramo meseteño de escasa pendiente. Aguas abajo de Zamora, el Duero se encaja entre cortados, los Arribes, por donde el río abandona la Meseta perdiendo bruscamente altura hasta las bajas tierras portuguesas. En los Arribes se localiza el complejo sistema hidroeléctrico integrado por los embalses de Ricobayo, Villalcampo, Castro, Almendra y los fronterizos de Saucelle y Aldedávila. Actualmente la capacidad productora del sistema supera los 3.000 megavatios de potencia instalada.
Con la aparición de dichas presas, miles de hectáreas fueron anegadas por el agua, principalmente en los embalses de Almendra y Ricobayo, eliminando zonas de cultivo pastoreo e incluso pueblos enteros. Cientos de personas se vieron empujadas a trasladar sus pueblos o a emigrar a otras zonas. La compensación por este desalojo no supero los 300.000 euros (50 millones de las antiguas pesetas) a repartir entre mas de 800 vecinos desalojados. El número total de hectáreas anegadas es de 14.505, de donde unas 4.500 pertenecían a pueblos como Sardón de los Friles, Argusino, San Pedro de la Nava, Villaflor y Pueblica. El embalse de Ricobayo supuso la alteración del Camino de la Plata hacia Santiago, ya que pasaba por San Pedro de la Nave atravesando el río Esla hacía Villaflor. Los pequeños pueblos que antes podían subsistir con una economía ligada a la relación entre estos pueblos se vieron alterados quedándose mas aislados. Ahora tenían que cruzar un lago que en su parte mas ancha mide lo mismo que el estrecho de Gibraltar y con escasos puentes. Esta serie de problemas fomento, aun más, la emigración y por consiguiente el deterioro del lugar.